Wednesday, September 4, 2013

“Si no te gusta algo, cámbialo. Si no lo puedes cambiar, cambia tu actitud.” Maya Angelou


Como llevo toda la vida metida en el ambiente académico, para mí los años van de septiembre en septiembre. Bueno, desde que vivo en USA es más bien de agosto en agosto, pero lo que vengo a decir es que cuando me escuchéis decir cosas como “el año pasado…”, sabed que me estoy refiriendo al año académico, y no al del calendario del común de los mortales. Dicho esto, ¡feliz “año” nuevo a todos!

Ha sido un verano intenso. Como siempre, se me ha hecho demasiado corto y casi no me creo que ya estemos en septiembre, pero así es… Desde que vivo en USA, lo que para mí cuenta como verano es el tiempo que paso en España. Este año, como sólo pude estar un mes, pues mi verano ha durado un mes. Lo que vino después es simplemente igual que resto del año: trabajo, pero con más calor, y por esta zona, con más tormentas. Cada “vuelta al cole” viene con una serie de constantes inalterables: “este año me voy a organizar bien desde el principio”, “qué de gente… cada vez tenemos más estudiantes”, “yo no sé si voy a poder hacer todo esto para la fecha límite”… y un largo etcétera. Nos decimos estas cosas cada año, olvidando que el anterior dijimos lo mismo, y el anterior a ése, y el otro… Sí, nos vamos a organizar mejor, pero siempre va a depender de las otras 200 cosas que estamos haciendo al mismo tiempo; no, no hay cada vez más estudiantes, son poco más o menos los mismos pero después de ver Chapel Hill casi desierto durante el verano, parecemos no acordarnos de cómo estaba hasta mayo; y sí, nos va a dar tiempo de hacer todo lo que tenemos que hacer, porque sabemos que aunque no durmamos en dos días, acabaremos ese trabajo. Situaciones, pensamientos y palabras que se repiten constantemente. Pero si hay una constante en esta vida, es paradójicamente el cambio. Todo cambia. A veces cambia tan rápido que no tenemos tiempo para asimilarlo, y a veces tan despacio que no nos damos ni cuenta de que está ocurriendo. Hay que mirar atrás, incluso más de lo que ya hacemos, para saber mejor en qué dirección mirar hacia adelante.

Hace unos días, el 28 de agosto, se cumplieron 50 años del discurso de Martin Luther King Jr., del famoso “yo tengo un sueño” a los pies del monumento a Lincoln en Washington D.C. 50 años no son gran cosa. La esperanza de vida media mundial es de unos 70 años, así que hablamos de menos de la vida de una sola persona. Sin embargo, en 50 años han ocurrido muchas cosas. Para empezar, creo que el mismísimo MLK se sorprendería, con mucha alegría, de que 50 años después de su discurso, vive en La Casa Blanca el primer presidente negro de Estados Unidos, que se encuentra allí por segundo término consecutivo.

Hace unos 50 años USA estaba en guerra con Vietnam, en plena Guerra Fría, comenzaron los conflictos en Irlanda del Norte, Stonewall inició los movimientos a favor de los derechos de los homosexuales, tuvo lugar la crisis de misiles en Cuba, 32 países africanos ganaron su independencia, J.F. Kennedy fue elegido presidente de USA y asesinado dos años después, se comenzó la construcción del muro de Berlín, murió Juan XXIII, Rusia era aún la Unión Soviética, el Che fue ejecutado en Bolivia, el hombre cada vez estaba más cerca de alcanzar la luna para hacerlo finalmente en 1969, año en el que también se lanzó el prototipo de lo que hoy llamamos Internet, se realizó el primer trasplante de corazón, Elvis y los Beatles conquistaban las emisoras de radio mientras Mary Poppins, 2001: Odisea en el Espacio, Desayuno con Diamantes y El Planeta de los Simios hacían lo propio en los cines. Hace unos 50 años…

La media de vida hoy es de 70 años, pero no siempre ha sido así. Pongamos que son 50, para tener un número redondo. Esto significaría que 2.000 años de historia sería el equivalente a la vida de 40 hombres. Puesto de esta forma, 2.000 años no parecen tanto… ¿Qué son entonces 50? Sin embargo, seguramente eran pocos los que hace 50 años pensaban que el 2013 sería como es. Un mundo globalizado en el que gran parte de la población habla diferentes idiomas, tiene distintas herencias culturales y lingüísticas, viaja regularmente y conoce nuevos países, se comunica con seres queridos que viven lejos a través de ordenadores y cámaras que les permiten verse y charlar como si estuvieran en la misma habitación, un mundo en el que en la mayoría de los países hay sufragio universal, en el que prácticamente toda la información que uno pueda desear se encuentra en Internet. Un mundo que, en definitiva, ha cambiado mucho.

Pero, ¿ha cambiado lo suficiente? Este mundo tan moderno y avanzado del que nos enorgullecemos está poblado por más de 7,000 millones de personas. A pesar de que el planeta tiene recursos para abastecer a todas y cada una de ellas, más de la mitad viven en extrema pobreza. 22.000 niños mueren cada día por falta de medios. A pesar de estas cifras, la principal causa de muerte durante toda nuestra historia ha sido lo que hoy calificamos como extremismo religioso. Quizás relacionado con esta interpretación errónea y extrema de las principales religiones en el mundo, cabe decir que un 15% de la población mundial es analfabeta. En definitiva, mucho ha cambiado, pero mucho más debe cambiar.

Generalmente pensamos que nosotros, individualmente, no podemos hacer nada para promover esos cambios. Una imagen vale más que mil palabras.



Esta histórica imagen nos demuestra que un hombre puede parar un tanque, y hasta una fila de ellos. Nadie sabe quién era este manifestante, la historia no ha podido darle nombre. Pero durante la revuelta en la Plaza de Tiananmen en China en 1989, él literalmente se alzó por lo que creía. Lo que ahora puede parecernos imposible o extremadamente difícil, puede conseguirse, pero quedarse de brazos cruzados no es la forma de hacerlo. El corazón es el principal órgano del cuerpo, y sin él no hay vida. Sin embargo, a pesar de ser un órgano tan poderoso, depende de las pequeñas células en nuestro cuerpo, que deben hacer su trabajo para que él pueda hacer el suyo.

A veces no es necesario plantarse inmóvil delante de un tanque para probar algo. Desde nuestra posición en la sociedad (abogados, educadores, médicos, padres, voluntarios, curas, policías, atletas, artistas…), lo que hacemos se refleja en el resto. Igual que en la técnica del puntillismo, millones de puntos minúsculos se unen para formar un todo único y coherente.

No pensemos que ya está todo hecho, o dejemos que otro se encargue de lo que queda por hacer. Como dijo Gandhi, “Sé el cambio que quieras ver en el mundo”.


----------------------------------------------------

“If you don't like something, change it. If you can't change it, change your attitude.” Maya Angelou

Since I’ve been in academic environments all of my life, for me years go from September to September. Well, since I’ve lived in the US it’s more like from August to August, but what I mean is that when you hear me say things like "last year...", know that I am referring to the academic year, not to the regular calendar. That being said, happy new "year" to all of you!

It's been a busy summer. As always, I found it too short and I can hardly believe that we’re already in September, but we are... For as long as I’ve lived in the US, what counts for me as summer is the time I spend in Spain. This year, since I could only be there for a month, my summer has lasted a month. What came afterwards was just like the rest of the year: work, but with more heat, and around this area, with more storms. Each "back to school" comes with a series of unchanging constants: "this year I'm going to be more organized right from the beginning," "so many people... we have more and more students each year," "I don’t know if I can do all this by the deadline," and so on. We say these things every year, forgetting that the year before we said exactly the same thing, and the one before that, and the other... Yes, we are going to be more organized, but it will always depend on the other 200 things we're doing at the same time; no, there are not more and more students, there are more or less the same, but after seeing Chapel Hill almost deserted during the summer, we don’t seem to remember how it looked up until May; and yes, we’ll do all that stuff we have to do, because even if we don’t sleep in two days, we’ll finish the job. Situations, thoughts and words that are repeated constantly. But if there’s one constant in life, it's paradoxically change. Everything changes. Sometimes it changes so quickly that we have no time to assimilate it, and sometimes so slowly that we don’t even realize it’s happening. We have to look back, even more than we already do, to know better in what direction to look forward.

Only a few days ago, August 28 marked the 50th anniversary of the speech of Dr. Martin Luther King Jr., the famous "I have a dream" at the feet of the Lincoln Memorial in Washington D.C. 50 years is not much. The global average life expectancy today is about 70 years, so we're talking about less than the life of one person. However, a lot has happened in 50 years. For starters, I think MLK himself would be surprised, with great joy, that 50 years after his speech, the first black president of the United States lives in the White House, and that he’s there for his second consecutive term.

About 50 years ago, the US was at war with Vietnam, in the middle of the Cold War, conflicts started in Northern Ireland, the Stonewall movements began the fight for the rights of homosexuals, there was the missile crisis in Cuba, 32 African countries gained independence, J.F. Kennedy was elected president of the United States and murdered two years later, the Berlin Wall started to be built, Pope John XXIII died, Russia was still the Soviet Union, Che Guevara was executed in Bolivia, we were getting closer to reaching the moon to finally do it in 1969, the same year in which the prototype of what we now call the Internet was launched, we performed the first heart transplant, Elvis and the Beatles conquered radio stations as Mary Poppins, 2001: A Space Odyssey, Breakfast at Tiffany's and the Planet of the Apes did the same in theaters. About 50 years ago...

Life expectancy is 70 years today, but it has not always been so. Let’s say it’s 50, to have a round number. This would mean that 2,000 years of history would be equivalent to the lives of 40 men. When we put it this way, 2,000 years do not seem like much... Then what about 50? However, surely there were few people back in the 60s who thought that 2013 would be as it is. A globalized world in which much of the population speaks different languages, has different cultural and linguistic heritages, travels regularly and visits other countries, communicates with loved ones far away via computers and cameras that allow them to see each other and talk as if they were in the same room, a world in which in most countries there is universal suffrage, in which virtually all the information you could want is on the Internet. A world, in short, that has changed much.

But has it changed enough? This very modern and advanced world of which we are so proud is populated by more than 7 billion people. Although the planet has resources to supply each and every one of them, more than half of the population lives in extreme poverty. 22,000 children die every day for lack of means. Despite these figures, the leading cause of death throughout our history has been what we now describe as religious extremism. Perhaps related to this erroneous and extreme interpretation of the major religions in the world, it must be said that 15% of the world population is illiterate. In short, much has changed, but much more needs to change.

We usually think that we, individually, can do nothing to promote these changes. A picture is worth a thousand words.



This historic image shows that a man can stop a tank, and even a row of them. Nobody knows who this demonstrator was, history has not been able to name him. But during the uprising in Tiananmen Square in China in 1989, he literally stood for what he believed. What now may seem impossible or extremely difficult, can actually be achieved, but sitting down motionless is not the way to do it. The heart is the main organ of the body, and there’s no life without it. However, despite being so powerful, it relies on the small cells in our body to do their job in order to do its own.

Sometimes it’s not necessary to stand in front of a tank to prove something. From our position in society (lawyers, teachers, doctors, parents, volunteers, priests, policemen, athletes, artists...), what we do is reflected in the rest. As in the technique of pointillism, millions of tiny dots come together to form a single coherent whole.

Do not think that everything has already been done, nor let someone else handle what still needs to be done. As Gandhi said, "Be the change you want to see in the world."