Monday, January 16, 2012

Adentro, mar adentro mientras quede un solo remo...

Nuevo año, nueva entrada, nuevos planes, nuevas preocupaciones... Ya se ha dicho siempre que los comienzos nunca fueron fáciles, pero sí que es verdad que unos se toman con más entusiasmo que otros. Todos los que, como yo, aún estudian (especialmente en las humanidades), saben del pánico que puede causar un comienzo inevitable para nosotros: la página en blanco. Sin embargo, otros comienzos –como el del año, o el del curso escolar – vienen cargados de nuevas ideas y planes que deseamos cumplir. Ya sabéis, el típico “este curso voy a estudiar desde el principio, para que no se me acumule” o “este año voy a hacer ejercicio al menos tres veces a la semana”.

Y hablando de comienzos, es la primera vez que he empezado una entrada de blog sin saber de qué voy a escribir. Generalmente, me espero a tener algún tipo de idea o pensamiento que quiera compartir, pero esta vez ha sido mero impulso. ¿Quizás estoy encarando este comienzo de año con ímpetu? Qué sé yo... Lo cierto es que lo he tomado con ganas, a pesar de saber que no va a ser un año fácil en muchos aspectos (pregunta retórica: ¿es que hay años fáciles?). Pienso yo que si nos falta la energía o el coraje desde el primer día, poco lejos vamos a llegar... Esto tiene que ver con una cita que compartí hoy en facebook en honor al día de Martin Luther King Jr. que se celebra hoy en USA: “Si no puedes volar, corre; si no puedes correr, anda; si no puedes andar, arrástrate; pero hagas lo que hagas, no dejes de moverte hacia adelante”. El doctor King tenía toda la razón del mundo, desde mi punto de vista, al decir esto. Miles de años de historia ya nos lo dicen: las cosas no son fáciles, la vida es dura, hay miles de problemas, cosas que no podemos controlar, injusticias... Pero al igual que él, yo creo que esto lo que debe provocar es que sigamos luchando, y no que nos demos por vencidos.

Quizás es fácil para mí decirlo. Por graves que puedan ser mis problemas y los de mi familia y amigos, posiblemente no son nada comparados con otras dificultades mayores que afrontan millones de personas en el planeta día a día. Pero, una vez más, pienso que esto no debe pararme, sino hacerme seguir adelante. Dónde, cuándo y en qué circunstancia nace uno es algo incontrolable. Sin embargo, lo que hace uno en ese lugar, ese tiempo y esa situación sí es decisión nuestra. En la clase de historia y cultura que enseño siempre les digo a mis estudiantes “hay que pensar en contexto”. Es el famoso “yo soy yo y mi circunstancia” de Ortega y Gasset. Lo que hay que hacer, creo yo, es lo máximo que uno pueda con lo que la vida le ha dado. Lamentarnos de que a otros les ha tocado más que a nosotros es una pérdida de tiempo, además de absurdo y bueno para nada.

Lo que sí es cierto es que, tengamos lo que tengamos y sea cual sea nuestra situación, es necesario no olvidar dar importancia a las cosas “pequeñas”. Para cada cual, estas pequeñas cosas pueden ser algo diferente, pero en ellas se encierra la esencia de la felicidad. ¿Algunas de las mías? El sonido de la lluvia, el olor a café, los días fríos con sol, una carta inesperada... Si sólo nos contentamos con lo grande, lo caro, lo material, lo que no está al alcance de todos... pronto olvidaremos lo que de verdad nos hace felices, lo que nos arranca una sonrisa, lo que nos conforta sin saber por qué...

No quiero decir con esto que no debamos soñar con grandes metas, pero sí que sepamos disfrutar el camino que escogemos para llegar a ellas. Siempre está la muy plausible posibilidad de no llegar, así que más nos vale que al menos el trayecto se nos haga dulce. Hay que hacer que cada uno de los granos de arena del reloj de nuestra vida valga la pena...


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New year, new entry, new plans, new worries... It has always been said that beginnings are not easy, but certainly we face some with a better attitude than others. All of those that, like me, are still studying (especially in the humanities), know about the fear that an inevitable beginning can cause: the blank page. However, other beginnings – like the new year or the new semester – come along with a bunch of ideas and plans that we want to accomplish. You know, the typical “this semester I’m going to study from the beginning, so that I don’t get overwhelmed at the end” or “this year I’m going to exercise at least three times a week.”

And talking about beginnings, this is the first time that I start writing an entry without knowing what I’m going to be writing about. Normally, I wait until I have some idea or thought that I want to share, but this time it’s been an impulse. Maybe I’m starting this year with energy? Who knows... What’s true is that I was really looking forward to this new year, even though I know it’s not going to be easy in many aspects (rhetorical question: are there easy years at all?). I think that if we lack energy from the first moment, we won’t get very far... This is related to a quote that I shared on facebook today commemorating Dr. Martin Luther King Jr.'s day: “If you can't fly, then run; if you can't run, then walk; if you can't walk, then crawl; but whatever you do, you have to keep moving forward.” Dr. King was completely right, in my opinion. Thousands of years of history already tell us: things are not easy, life is hard, there are many problems, things that we cannot control, injustice... But, just like him, I think that this should make us keep fighting, and not feeling defeated.

Perhaps it’s easy for me to say this. No matter how serious my problems and the problems of my family are, they’re probably nothing compared to other bigger difficulties that millions of people in the world face everyday. But, once again, I think this shouldn’t stop me, but keep me going. Where, when, and in which circumstance one is born is something that nobody can control. However, what we do in that place, that time, and that situation is indeed our decision. In my class of history and culture, I always tell my students “you have to think in context.” It’s the famous “I’m me and my circumstance” by Ortega y Gasset. What we need to do, in my opinion, is the most out of what life has given us. Complaining because others have more is a waste of time, apart from absurd and good for nothing.

What is actually true is that, no matter what we have and what our situation is, it is necessary not to forget giving importance to “small” things. For each person, they may be different things, but they keep the essence of happiness. Some of mine are the sound of the rain, the smell of coffee, sunny cold days, an unexpected letter... If we are only happy with big and expensive things, material stuff, those things not reachable for the majority... we’ll soon forget what truly makes us happy, what makes us smile, what comforts us not knowing why...

I don’t mean we shouldn’t have dreams and big goals, but I think we should know how to enjoy the path we choose to reach our objectives. There is always a plausible possibility of not reaching that goal, so we better make our way as sweet and nice as possible. One has to make each of the grains of sand in the hourglass of our lives be worth it...