Sunday, July 15, 2012

Carta abierta


Señor presidente del gobierno, señores ministros, diputados, alcaldes, concejales, y demás numerosos políticos españoles:

Ni van a leer ustedes nunca estas líneas, ni yo voy a hacer esfuerzo alguno porque lleguen a ustedes. Todos estos comentarios de los ciudadanos, recogidas de firmas y protestas públicas varias han demostrado ser completamente inútiles a la hora de cambiar las cosas en nuestro país. Sin embargo, yo soy una fiel defensora del “derecho al pataleo” y por tanto, ejerzo el mío para expresar pública y libremente mi opinión sobre la triste situación que vive España desde hace ya años.

No tengo una afiliación política determinada. Yo sólo creo que las personas deben ser libres para tomar decisiones que les conciernen de manera individual, y que el deber de un gobierno es el de asegurar el bienestar general de la población con respecto a derechos básicos, sin entrar en juicios morales o temas religiosos. No sé de leyes, no he leído nunca la Constitución Española de cabo a rabo, no entiendo de economía, ni tampoco de estrategias políticas. Lo que sí tengo es sentido común, que como alguien ya bien dijo parece ser el menos común de los sentidos. También tengo una conciencia. Si no saben de qué hablo, les recomiendo la lectura del cuento de Pinocchio, donde deben prestar atención al personaje de Pepito Grillo (aunque en el libro no recibe ese nombre), que representa esta conciencia. Por desgracia, mucho me temo que ustedes ya despidieron a su Pepito Grillo particular, o le hicieron una reducción de jornada, y ahora estará como muchos otros en la cola del paro o viviendo en el extranjero.

En el extranjero es donde yo misma me encuentro desde hace seis años, al otro lado del océano. Y créanme, ver desde la distancia cómo unos pocos destrozan mi país, se ríen de él, y predican a los ciudadanos que los recortes de los derechos más básicos son la solución al problema, causan rabia y vergüenza casi por igual. Si encima esas personas viven sin problema alguno, sin la preocupación de qué va a pasar con sus hijos el día de mañana, si utilizan el dinero de las arcas públicas para sus fiestas privadas, viajes, y demás caprichos, ya es cuando la sangre de una empieza a hervir. Definitivamente, ustedes perdieron su conciencia en su camino hacia la cumbre política.

Como ya dije, estoy lejos de ser una experta en economía. Sin embargo, pedir un préstamo para saldar una deuda, me parece una idea de lo más absurdo. Reducir el dinero destinado a la educación, la sanidad, la ayuda a las personas con problemas, etc., me parece un acto hipócrita y egoísta digno del más despreciable Judas. Siguiendo con las referencias literarias, les recuerdo que Judas se encuentra en la última fosa del último círculo del infierno de Dante, el más profundo nivel que corresponde a los traidores. Y así los veo yo a ustedes, como traidores. Los ciudadanos escuchan sus palabras, ponen su fe y su voto en ustedes, y lo que les dan a cambio es un peor nivel de vida y una sarta de mentiras en forma de discursos que los más ignorantes siguen creyendo y contra los que los más avispados no tienen armas.

Sus sueldos mensuales se cuentan en los miles de euros, pero ustedes aprueban decretos y enmiendas que reducen a los pocos cientos el dinero con el que una familia entera debe subsistir. Ustedes mandan a sus hijos a las mejores escuelas privadas o al extranjero, mientras que condenan a los demás españoles a un sistema educativo público cada vez peor y más caro. Ustedes cuentan con sus clínicas y médicos privados, mientras que retiran fondos de la sanidad pública, sin importarles los ancianos que con su mínima pensión no alcanzan a comprar sus medicamentos. En definitiva, ustedes viven del cuento, a base de contar cuentos al resto de los españoles. Si eso no es una traición, ya me contarán ustedes qué es.

Estoy segura de que podrían darme infinitas explicaciones “técnicas” de por qué estas medidas son necesarias. Estoy segura de que me citarían leyes, normativas, teorías económicas… No niego que incluso ustedes mismos hayan llegado al punto de creerse sus propios cuentos. Pero creo que ya todos tienen edad como para salir del mundo de la fantasía y entrar en el real. Este mundo debería regirse por el sentido común, y ese sentido común me dice, al menos a mí, que éste es el momento en que las grandes fortunas deben dar la cara. Tras años de haber sido mimadas y consentidas por los gobiernos, ahora se les debe exigir que tomen responsabilidad. Que si hay que hacer recortes, se les hagan a ellos. Que si ha que subir impuestos, se les suban a ellos. Ya hemos pagado más que suficiente nosotros los ciudadanos de a pie como para encima tener ahora que arreglar los problemas creados por otros.

Según la lógica de ustedes, España es una madre con dos hijos. Mientras juegan, el mayor rompe un jarrón muy caro. La solución que ustedes sugieren es la de quitarle la paga al pequeño hasta que se pague el jarrón, mientras que el mayor sale impune, sigue con su paga semanal (que por supuesto, es mucho mayor que la de su hermano), y es libre de seguir rompiendo lo que se le ponga por delante. Qué más da. Ya lo pagará el pequeño… Sólo les pido cuidado con esta lógica suya. El hermano pequeño se puede rebelar en cualquier momento.

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Open Letter 


Dear Mr. President, ministers, members of parliament, mayors, city councilors, and other numerous Spanish politicians,

You are never going to read these lines, and I am never going to make any effort to make them reach you. All those comments of citizens, collections of signatures and public protests have proven to be useless when trying to change things in our country. However, I am a faithful supporter of the right to complain and, therefore, I exercise mine to express my opinion publicly and freely about the sad situation that Spain has been living for some years.

I have no particular political affiliation. I just think people should be free to make decisions that affect them individually, and that the duty of any government is to ensure the general welfare of the population with respect to basic rights, without judging moral or religious issues. I don’t know about laws, I have not ever read the Spanish Constitution from beginning to end, and I don’t understand economic or political strategies. What I do have is common sense, but as someone already said, it seems to be the least common of the senses. And I have a conscience, too. If you don’t know what I’m talking about, I recommend you reading the story of Pinocchio, where you must pay attention to the character of Jiminy Cricket (although he doesn’t have that name in the book), who represents that conscience. Unfortunately, I’m afraid that you fired your own Jiminy Cricket, or you reduced his working hours and now he’s probably, like many others, in the unemployment office or living abroad.

Abroad is where I have been living for six years now, across the ocean. And believe me, watching from the distance how a few people destroy my country, how they laugh at it, and preach to citizens that cutting the most basic rights is the solution to the problem, makes me feel equally angry and embarrassed. If, on top of everything, these people live without any problems, without worrying about what will happen to their children tomorrow, if they use public money for private parties, trips, and more, then one’s blood begins to boil. Definitely, you lost your conscience on your way up to the political summit.

As I said, I'm far from being an expert in economics. However, asking for a loan to pay off a debt seems to me like an absurd idea. Reducing the money spent on education, health, helping people with problems, etc… seems like a hypocritical and selfish act worthy of the most despicable Judas. Following the literary references, I remind you that Judas is in the last round of the last circle of Dante's Inferno, the deepest level corresponding to the traitors. And that’s how I see you, as traitors. Citizens hear your words, they put their faith and their votes in you, and what they are given in return is a worse living situation and a pack of lies in the form of speeches that the most ignorant ones still believe, and against which the smartest ones have no weapons.

Your monthly salaries are counted in thousands of euros, but you approve decrees and amendments that reduce to the few hundreds the money that an entire family has to survive with. You send your children to study at the best private schools or abroad, while you condemn the rest of Spaniards to an increasingly worse and more expensive public education system. You have your clinics and private doctors, while you take funds from the public health system, not caring about the elderly with their minimal pensions not having enough to buy their medicines. In short, you live off other people, while telling stories to the rest of us. If that is not treason, you tell me what it is.

I'm sure you could give me endless “technical” explanations of why these measures are necessary. I'm sure you would cite laws, regulations, economic theories... I don’t reject the idea that maybe you have reached the point of believing your own stories. But I think you are all old enough to leave the world of fantasy and come back to the real one. This world should be governed by common sense, and common sense tells me that this is the time when great fortunes should come forward. After years of being spoiled and pampered by governments, now they should be required to take responsibility. If you have to reduce funding, reduce your funding to them. If you have to increase taxes, increase theirs. We, ordinary citizens, have already paid more than enough, and we shouldn’t have to pay to fix up the problems they have created, too.

According to your logic, Spain is a mother with two children. While they play, the older one breaks an expensive vase. The solution you suggest is leaving the younger one without his allowance until the vase is paid for, while the older one gets no punishment, keeps his allowance (which is, of course, much greater than the one of his brother), and is free to keep breaking stuff. It doesn’t matter. His younger brother will pay for it, right? I’m just asking you to be careful with this logic of yours. The younger brother may rebel any time.